sábado, 10 de septiembre de 2011

INVASION

Ese sigilo de gata montuna
Me revela sus pisadas
En la oscuridad de mi alma.

Me hipnotiza su bordado estelar
De luz.

Me asombra su facilidad
Para guardar mis secretos.

Me habita en su morada.
País gobernado por cielos tenebrosos.

Me observa Selene en su cenit
De azahares.

En un devaneo de miradas,
Presencia con su ojo clínico
La primera tartamudez
Del tiempo.

NINFA

Estás…
La sombra de ti
Reinvéntate
La hora nocturnal te acerca
El tiempo al igual que el mar
Frente a ti se endereza

No puedes negar
A la surtidora de besos
De la avenida primera.
Fija tu mirada
No hay estrella ni presagios
Ni deseos que pedir.
El firmamento no es cubiletero
De promesas.
Anhelas la eternidad
Sin embargo, cubres el arriendo
De tu morada
Abarcándola todas las noches.

Puedes tener a cualquiera
En tu regazo,
Pero a ése, al que quieres
Asir la eternidad
Toda la vida entera
No adorna la soledad de tu lecho.

Anotas citas,
Deudas por pagar,
Lágrimas de infortunio
En tu agenda cada mañana.

En tu piel
No hay reservas de sumario
Ni escarnios públicos
Solo reseña de heridas imborrables,
Instantes de placer que perduran.

No puedes negar
A la surtidora de ocasiones
De la avenida primera.
La del espejo te redime
Virginal y tranquila que sabe esperar
El sentimiento fugado.

Aquellos,
Peregrinos y lujuriosos,
Te enseñan
Una o dos horas de pasión,
Unos cuantos pesos por noche,
El cielo para un lucero como tú,
No para los sueños de una enamorada.

El tiempo al igual que el mar
Frente a ti se endereza
No eres lucero ni surtidora,
Eres un sueño por cumplir.

Tu derecho es irrefutable.

Enamórate
El cielo te da las alas 
para que busques tu propio viento.

Anota el amor
En las páginas siguientes
De tu agenda cada día.

No dirimas el férreo propósito
De encontrar la horma de tu corazón.

Divisa el horizonte
En tus ojos umbríos
De tanto rímel.

Divísalo.
La certeza reverdece
en despoblado.

Apúrate
Se hace tarde
Un cliente aguarda en su auto
Ansioso por asir la eternidad
En tus brazos.