miércoles, 26 de enero de 2011

ESBOZO

mejor dicho el abismo de la noche
No es como otros abismos
Tiene fondo.
Mario Benedetti

Un cáliz de penumbras que rebosa
En lo sublime de mi carne.

Profuso para los olvidos y el susurro arbóreo.

El silencio se rompe y sus pedazos
Caen por su propio peso.

La noche, ese foso de misterios
Circulantes, me dibuja
Una ciudad de falenas
En el corazón de la duda,
Un otoño de colores secos
En el iris de mis tristezas.

Sin piedad forja con hierro fundido
La rúbrica de la luna azul, obscura
En el cariz de mi poesía.

GENESIS DE LA NOCHE

Un día vio Dios
Que el hombre no encontraba
Su reflejo en la oscuridad.

Preocupado, meditó por largo rato
El extravío de su creación en tinieblas.

Colocó entonces la luna
En lo alto del mundo
Donde pudiese encontrarse a sí mismo
Y no la sombra de su perfección.

Y vio Dios que era bueno el deseo
Del hombre reflejarse siempre
En el espejo de nácar
Para ubicar su destino en la tierra.

Y hubo así
Estaciones del alma,
Márgenes de error,
Enigmas por resolver.

Así comienza la noche
Y el hombre cae bajo un cúmulo
De sueño.

INSTANTANEAS

Que la vida es solo eso…
Tallulah Flores

Una cresta, una sima, un vaivén
De instantáneas que guardo
En una ausencia enmarcada,
Cuando la nostalgia chapotea
Y me salpica.

La vida no es una playa de sueños
Deshabitados.  Es un concierto
De aplausos para sonreírle
Al hermano sol,
Un andamio escolar para construir
Castillitos de arena,
Una ventana para observar
Con un catalejo de manos
Gaviotas en vuelo,
Un gusto por catar agua de mar
Como licor añejo, puro
Y sopesarlo y estudiarlo y sentir
En la punta de mi lengua su poderío.

Es una línea inconclusa,
Una pausa visceral, un florilegio
De atardeceres que se marchita
Y se renueva.

ITACA EN SU TIEMPO

Entristecida
Me asomo y te vas.

¡Cómo duele tu lejanía!

Te persigo
Tras las olas cansadas
Y no logro retenerte.

Dices que volverás mañana.

Entonces ya no estaré  aquí.

Se acabó la expectativa.

Verte de nuevo,
Esperarte,
Tejer… Tejer…
Tejer tu ausencia
Y desbaratarla…
Y desbaratarla.

La certeza de llamarme
Penélope
No mitifica mi fidelidad

LA TRISTEZA


La tristeza es una botella
Al mar llena de silencios.

Convertida en libélula
Amara sobre las aguas
Del crepúsculo.

Se aleja de mí con modestia.

Alza un vuelo defectible,
Como buscándose a sí misma.

En el horizonte
Veo multiplicar
Su rumbo.

Cuando menos lo espero
Una bandada de gaviotas
Aletea en el puerto.