mejor dicho el abismo de la noche
No es como otros abismos
Tiene fondo.
Mario Benedetti
Un cáliz de penumbras que rebosa
En lo sublime de mi carne.
Profuso para los olvidos y el susurro arbóreo.
El silencio se rompe y sus pedazos
Caen por su propio peso.
La noche, ese foso de misterios
Circulantes, me dibuja
Una ciudad de falenas
En el corazón de la duda,
Un otoño de colores secos
En el iris de mis tristezas.
Sin piedad forja con hierro fundido
La rúbrica de la luna azul, obscura
En el cariz de mi poesía.