domingo, 18 de diciembre de 2011

BLEU


Somos el destello azul de las cosas.

El tizne cerúleo de las tardes
Que impregnamos en silencio.

Sobre la piel del misterio
Retozamos enarenados de cielo,
Con las persianas del cuarto cerradas
Y la ropa por los aires.

Nuestra devoción es sublime.

Damos la vuelta al mundo
En ochenta caricias.

En un latido nuestros cuerpos
Quedan sitiados en la aurora
Y mayo crepusculándose.

El amor nos reinventa cada tarde
Una nueva tonalidad para las ocasiones:

Más opaco que tus ojos garzos,
Más profundo que el matiz de nomeolvides
Y más denso que el añil de los mares.

Poseemos la virtud de los mártires
Que mueren en el cumplimiento del deber.

Pero con un beso nacemos de nuevo
Del limo de la tormenta, purificados.

Así es como sucede en cada cita.

Encontrarnos en el lugar de siempre,
A la hora acordada
Y recitando nuestra consigna
Para iniciarnos en el acto:
Aprenderse poemas de memoria
Relaja los músculos del corazón
Y cada encuentro dibujarlos
Con lapislázuli de recuerdo
Es un antídoto contra el olvido.

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